parafilia

desnudos, echados uno al lado del otro aún bajo los efectos de una buena sesión de sexo y medio troncho me dijo:

- de verdad estás enamorada del gringo?
- si, lo estoy. por qué no me crees ah?
- porque no lo odias. la persona a la que más amas siempre es a la que más odias.

me quedé callada pensando que alguna vez yo también me creí ese cuento, alguna vez lo odié tanto que lloré, sufrí, maldije, patalié y por eso creí estar enamorada, porque el amor duele y a mi me dolia hasta el fondo y que solo una relación amor/odio valia la pena. y que me tomó varias sesiones de terapia comprender que nada era cierto, que viví la fantasía del dolor poque solo era una masoquista más y él claro, era para mi el verdugo perfecto.

mientras pensaba todo eso, él ya habia prendido el resto del troncho, lo fumamos, nos besamos y luego me sometí a sus castigos y maltratos. porque el sexo, a diferencia del amor, puede ser mucho más estimulante con dolor.